viernes, 20 de noviembre de 2009

"El camino" Parte 1 (Historia verídica)


Ya van más de 10 años en que mi familia de clase acomodada decidió optar por una mejor calidad de vida y nos vinimos a los faldeos de la comuna de Peñalolén a vivir definitivamente. Un ambiente natural campestre de tranquilidad en lo que había sido hace muchos años atrás durante la colonia lugar de asentamiento de las primeras grandes haciendas y propiedades de la familia Egaña. Cuando llegamos era un terreno construido hace muy poco, rodeado nada mas de terrenos vacíos y un bosque, la única salida de acceso era un largo camino de tierra rodeado de grandes árboles con muros de piedra en los costados, casi una foto de postal, sin iluminación por la noche lo que lo hacia muy tétrico. Como no había ningún medio de movilización era rutina obligatoria recorrer el solitario camino en la tarde después del colegio a pie. Siempre me pareció un ambiente muy extraño, como si aquel paisaje se hubiera conservado así por años y hubiera observado transitar a lo largo de su existencia gente de otra época.
Recuerdo que fue un día de invierno, el cielo estaba oscuro y se podía ver las copas de los árboles mecerse y las hojas reflejar los últimos rayos de sol del día, caminaba como de costumbre escuchando el ruido de los árboles, cuando veo a lo lejos una figura humana, mujer, mediana estatura de amplio vestido blanco, con el pelo completamente negro y en su mano derecha sostenía una pequeña sombrilla también de color claro. Caminaba lentamente hacia mi mirando el suelo por el lado derecho del camino a unos 30 metros de donde yo estaba, no tuve miedo, solo curiosidad por saber que hacia una mujer en pleno invierno con un vestido totalmente veraniego. No me fijé en más detalles que estos, no pude ver su cara debido a la gran distancia en que se encontraba. la divisé por al menos dos minutos, basto que bajara mi vista al suelo y para cuando la quise mirar de nuevo ya no estaba, en un primer momento pensé que podría estar detrás de los árboles, pero cuando pasé por donde la había divisado por última vez ya no estaba. Tengo que reconocer que en ese momento sentí miedo y apuré el paso... (Continuará)
El Conde
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Muchas gracias a El Conde por su aporte a TUS PROPIOS MIEDOS. Esperamos ansiosos la segunda parte de tu historia.

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